Pablo Chiapella pierde a sus familiares dentro de su casa y tiene que buscar pistas para rastrearlos
Cuando Pablo abre la puerta de su casa nunca sabe lo que se va a encontrar.
Gallinas, desapariciones, nuevos trabajos y un montón de aventuras en el segundo episodio de ‘Fuera de serie’.
Cuando a Pablo Chiapella le propusieron abrir las puertas de su casa para grabar una serie que mostrase la convivencia del actor con su familia y amigos, ya sospechaba que el proyecto iba a dar mucho juego, pero no se podía imaginar que tanto.
Hechas las presentaciones en el primer episodio, teníamos muchas ganas de ver cómo les va a todos por esa casa, en la que no se pueden hacer planes porque siempre nos van a terminar sorprendiendo.
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Y teniendo esto en cuenta, sí que hemos podido comprobar que ciertas cosas no cambian, como que Paula, la nueva ‘representanta’ y cuñada de Pablo, sigue buscando proyectos de lo más surrealistas para “mejorar” la imagen profesional del actor, que Andreu, su chófer, sigue haciendo las veces de confidente y experto en Tinder en los trayectos entre los rodajes y su casa.
Pero la frase que mejor puede servirnos de introducción para este segundo episodio de ‘Fuera de serie’ es la que dice Pablo Chiapella antes de entrar en su casa: “A ver qué nos encontramos hoy”. ¡Si es que ya se lo huele!
Su hermano, que ha vuelto de Tailandia absolutamente descolocado, sigue buscando la forma de recuperar su vida y reconectar con la realidad, pero parece que empieza a cambiar sus conexiones astrales por el universo de posibilidades que le ofrece otro tipo de conexión: la del Super WiFi de Vodafone.
Ha encontrado en las nuevas tecnologías toda una oferta de entretenimiento para sus gallinas, y así pretende ganarse su confianza para que le den lo que él les está pidiendo, en una relación de simbiosis, por eso es súper importante que no pierdan esa conexión, ya no solo la de humano y ave, si no la de internet. Pero como le ha explicado Pablo, de eso no va a tener que preocuparse porque el Super WiFi llega a todos los rincones de la casa, hasta a los más inaccesibles, y es “inalámbrico y onmipresente” para todo el mundo, aunque los que lo pagan sean Natalia y él.
Y lo mismo te sirve para montar un cine, como para ligar, ver un documental, amenizar una zulo-party o trabajar. Eso sí, en esa casa tan grande, con eso de que la conexión llega a cualquier lugar, por recóndito que sea, los habitantes también se desperdigan, pero sin perder ese nexo en común que les mantiene unidos: ¡Un mismo Super WiFi para entretenerlos a todos (aunque sea por separado)!
Afortunadamente, Natalia tiene un arma infalible para controlarlos y comprobar que todos están por las inmediaciones: la App, que le ayuda a gestionar los dispositivos que están conectados, el nombre y la contraseña de la red y la posibilidad de compartirla con sus invitados.
¿Conseguirán encontrarlos a todos y reunir de nuevo a la familia? ¿Es probable que descubramos que en esa casa hay múltiples realidades paralelas, creadas por cada uno de sus habitantes? Lo único que está claro es que, conforme más los conocemos a todos, más convencidos podemos decir que lo de esa casa no es ni medio normal.